Las lagunas altoandinas constituyen el origen de muchos de los ríos de las vertientes del Pacífico y del Atlántico. Sus aguas atrapan el calor diurno y lo liberan durante la noche, creando un microclima más templado que el de zonas aledañas.
Las lagunas altoandinas constituyen el origen de muchos de los ríos de las vertientes del Pacífico y del Atlántico. Sus aguas atrapan el calor diurno y lo liberan durante la noche, creando un microclima más templado que el de zonas aledañas.