El hombre aprovecha los suelos a través de diversos cultivos, adaptándose para ello a la geografía. Ejemplo de ello es la adaptación de la pendiente de Cutervo, la más abrupta, a las faenas agrícolas.
El hombre aprovecha los suelos a través de diversos cultivos, adaptándose para ello a la geografía. Ejemplo de ello es la adaptación de la pendiente de Cutervo, la más abrupta, a las faenas agrícolas.