En 1981, las tensiones peruano-ecuatorianas aumentaron hasta llegar al conflicto armado por el establecimiento de puestos militares ecuatorianos dentro de territorio peruano. La reacción peruana culminó con la expulsión de los invasores.
En 1981, las tensiones peruano-ecuatorianas aumentaron hasta llegar al conflicto armado por el establecimiento de puestos militares ecuatorianos dentro de territorio peruano. La reacción peruana culminó con la expulsión de los invasores.