La costa peruana compensa su aparente aridez por la gran riqueza biológica del océano que bordea. De ella se sustenta buena parte de las especies residentes en el litoral, aunque también existen especies propias de valles y desiertos tierra adentro.
La costa peruana compensa su aparente aridez por la gran riqueza biológica del océano que bordea. De ella se sustenta buena parte de las especies residentes en el litoral, aunque también existen especies propias de valles y desiertos tierra adentro.